1930
Nacimos hace ya casi 100 años, de un pequeño salto de agua. El caudal de río Acheiro, hijo del Anllones, alumbró nuestra primera energía, que sirvió para alimentar la Casa Consistorial del, entonces pequeño, núcleo de A Laracha.
Algún tiempo después, otra pequeña central en el río Bardoso se sumó para cubrir las necesidades más esenciales del creciente pueblo de A Laracha y su entorno, favoreciendo el surgimiento de aserraderos, molinos, granjas ganaderas y otras industrias.
«La nueva situación permitió, en poco tiempo, la apertura de numerosos aserraderos, molinos, granjas ganaderas y otras pequeñas industrias»